Cómo el apalancamiento minorista está sembrando fragilidad en los mercados
El verdadero riesgo del apalancamiento no está en las herramientas, sino en el modo en que se usan. Y hoy, millones de inversores minoristas ya no utilizan derivados o ETF apalancados para proteger sus carteras, sino para apostar.
Ese cambio de comportamiento, de la cobertura a la especulación, es una señal inequívoca de psicología de final de ciclo. La lógica dominante es simple: si funcionó ayer, funcionará mañana. Pero esa ilusión de control suele durar poco.
El periodista Jason Zweig lo resumía con dos datos que hablan por sí solos: las acciones “meme” suben más de un 363% en el año y más de 100 SPACs han levantado unos 22.000 millones de dólares, pese a que la mayoría cotiza por debajo de su precio de salida. No son apuestas racionales sobre flujos de caja, sino impulsos basados en momentum y narrativa.
El ejemplo más visible de esta nueva fiebre son las opciones de vencimiento en el día (0DTE). Según la Options Clearing Corporation, casi el 60% de estas operaciones proceden ya de cuentas minoristas. Son contratos que pueden doblar su valor en horas… o valer cero antes del mediodía. No son estrategias de cobertura, sino apuestas direccionales de alta convicción y corta duración. Y cuando demasiados jugadores hacen la misma apuesta, el cierre simultáneo puede desencadenar movimientos violentos en el mercado.
Los ETF apalancados añaden otra capa de riesgo. Fondos 2x, 3x o 5x que, para mantener su nivel de apalancamiento, deben comprar más en las subidas y vender más en las caídas. Ese rebalanceo automático convierte cualquier movimiento intradía en un amplificador de volatilidad. JPMorgan advierte que estos mecanismos pueden transformar una corrección del 2% en una caída del 4%, no por cambios fundamentales, sino por flujos mecánicos.
El problema es que el inversor medio no ve esa cadena. Solo ve la promesa del beneficio, no el coste oculto: la fragilidad del sistema. Cuando todos se apalancan en la misma dirección, la reacción colectiva no es gradual ni predecible. Es instantánea. Brutal. Incontrolable.
